Educación



 

¿Quién dijo "nuevo"?
Innovar en educación: mirando a Giner de los Ríos
Mercedes Laguna González
Continuación:



¿Giro copernicano y cambio de paradigma o continuidad con lo que ya se hace?

    Los profesionales de la educación nos vemos inmersos en una pequeña controversia -o grande, dependiendo del ímpetu de cada uno y de la situación- en torno a la cuestión del cambio que ha de producirse en nuestra manera de enseñar. Si queremos subrayar que las transformaciones son necesarias, que no podemos seguir enseñando, por ejemplo, Lengua atados de pies y manos a la gramática, sino que hemos de procurar que la morfología y la sintaxis cobren categoría de instrumentos útiles para los alumnos, diremos entonces que urge dar un giro de 180º, o un giro copernicano, que suena más científico. Sin embargo, esta innovación está en la norma; no tenemos más que volver a leer en la Ley de Educación en Andalucía, el apartado correspondiente a las Lenguas.
    Pero ¿supone este cambio una ruptura del paradigma, entendiendo por "paradigma" la metodología que hemos empleado hasta ahora? Todos sabemos que depende de cuál sea el método que estemos empleando, el método que sabemos utilizar mejor, y aquel que hemos comprobado que realmente funciona. Depende de quién y depende de cuándo.
    También sabemos que no se trata de ser iconoclastas: es necesario, tanto como innovar, conservar las técnicas que funcionan, perfeccionar otras. No obstante, seguro, habrá que desterrar algunas, aunque sea de manera progresiva.
    Y, desde luego, es vital volver la mirada a los que innovaron en su día, con mucho esfuerzo y grandes dosis de sacrificio. Mirar, observar con detenimiento, detectar los rasgos de su contexto determinado y aprender a enseñar, día a día.
    En esta línea de búsqueda del mejor método, os invito a mirar a Francisco Giner de los Ríos. Para eso traigo a dos maestros: por un lado -hoy- a Julio Ruiz Berrio, catedrático de Historia de la Educación española en la Universidad Complutense de Madrid; por otro -en la próxima entrada- a Antonio Machado, el poeta, el ensayista y el alumno de Giner de los Ríos.  
    En esta entrada presento el primero de los textos: un artículo sobre Francisco Giner de los Ríos de donde extraigo algunos párrafos que quisiera destacar.

Giner creía firmemente, al igual que otros famosos educadores contemporáneos como el italiano Francesco Tonnucci, que las reformas no las hacen las leyes, sino los maestros, los profesores. Y confió a la escuela la noble misión de emancipar a las gentes, de formar a los hombres (hoy diríamos "y mujeres"), para llevar a cabo "la redención intelectual y moral de la patria". Pero se puede suponer que habla de un profesorado y de una escuela completa y debidamente renovados; no de la escuela de "leer, escribir y contar" sino de una escuela educadora ante todo, con cantinas, con excursiones, con colonias, con teatro, con visitas, con métodos activos, con modernos conocimientos, con apoyo sanitario, etc. Y con un maestro que haya sido formado como un educador auténtico, que tenga un nivel cultural y científico bastante alto, que sea digno y que gane un sueldo que impida que alguien, Estado, municipio o particulares limiten o despojen su dignidad. Y que a la escuela rural vayan los mejores maestros, donde se les pague más alta retribución que a los demás. Que se inunde España de bibliotecas y que las escuelas dispongan de "Bibliotecas pedagógicas" en las que el maestro mantenga y actualice su formación ( Ruiz Berrio, 1987). 

Si la "regeneración nacional" (o "redención nacional") es una obra de educación nacional, y a la escuela se le confía semejante empresa, es fácil comprender la extraordinaria importancia que Giner concedió a la educación. Por ello, en primer lugar hizo un análisis muy negativo de la enseñanza que se impartía "en el mejor de los casos pura instrucción y memorismo", estudió y debatió los modelos pedagógicos renovadores existentes hasta entonces y buscó con ansiedad todas las novedades que en punto a educación fueran surgiendo en el mundo occidental.
Con esa cultura pedagógica como fondo de partida, y ese esfuerzo por mejorar permanentemente sus conocimientos y habilidades educativos, unidos a sus presupuestos filosóficos, es fácil suponer que Giner defendió una educación no simplemente modernizada en sus técnicas, sino verdaderamente nueva, en su concepción, en sus planteamientos, en sus métodos. Sostuvo una pedagogía en la que todas las innovaciones que presenta con respecto a su tiempo, más que en sí mismas, tienen valor en cuanto favorecen la realización de un mejor proceso educativo, destinado a hacer del hombre un ser digno de ese nombre (López Morillas, 1956).

Como ha resaltado la profesora Nieves Gómez "Giner fue un adelantado del humanismo del segundo tercio del siglo XX, ya en la línea personalizada de Mounier, ya en la social de Erich Fromm, hasta el punto, creo yo, de poderse hablar de su humanismo pedagógico y, por qué no, de su pedagogía humanista. Una pedagogía al servicio de la formación de caracteres (como ya había defendido Pablo Montesino medio siglo antes), volcada en la reforma del hombre, en la reforma interior del hombre". 

Giner fue un ardiente defensor de la graduación y seriación de la enseñanza a través del proceso de formación general. Lo mismo que del valor de la intuición, sobre lo que nos dejó muchos textos. El desarrollo del método intuitivo en la línea de Pestalozzi y Fröbel encajaba perfectamente en su idea de la actividad como principio fundamental didáctico, anhelando en todo momento que la instrucción fuera educadora. Como había observado que ciertos profesores que presumían de utilizar el método intuitivo no sabían aplicarlo, insistió varias veces sobre su correcto uso. Dice en una de estas ocasiones: "La excursión, como el experimento, como el análisis de un concepto o la observación de un hecho de conciencia, como todos los resortes, en suma, del procedimiento intuitivo, en vez de constituir, según es uso, una ilustración y comprobación de la teoría previamente expuesta, deben precederla como bases para su formación por el discípulo, dirigido y excitado, pero no sustituido, por el maestro" (Giner, XII-173).

Adoptó también el principio de la individualización de la enseñanza y el de la continuidad de la acción educativa. No podemos olvidar, como dije al principio, que Giner más que un pedagogo fue un educador, y en ese sentido es bueno recordar que él utilizaba el método socrático, la mayéutica, ayudando a sus alumnos y discípulos a encontrar por sí mismos la formación necesaria. Condenó tajantemente los exámenes en los colegios, como instrumentos de perversión pedagógica y por ello moral. Suprimió los deberes para casa y desterró los textos de la escuela, y en la ILE los alumnos hacían sus propios libros mediante cuadernos de clase. En esa línea defendía la importancia de la elaboración del material escolar por los mismos alumnos. Como se ve, el principio de la creatividad era uno de los soberanos de su pedagogía.

Una muestra del sentido que tenían esas preocupaciones en el conjunto de su teoría de la educación, siempre encaminada a formar al hombre, es un párrafo de un discurso pronunciado en 1880, pero que por su carácter vibrante, por su modernidad pedagógica, por sus peticiones parece escrito después de la Primera Guerra Mundial. Dice así: "Transformad esas antiguas aulas, suprimid el estrado y la cátedra del maestro, barrera de hielo que lo aísla y hace imposible toda intimidad con el discípulo; suprimid el banco, la grada, el anfiteatro, símbolos perdurables de la uniformidad y del tedio. Romped esas enormes masas de alumnos; por necesidad constreñidas a oír pasivamente una lección, o alternar en un interrogatorio de memoria, cuando no a presenciar desde distancias increíbles ejercicios y manipulaciones de que apenas logran darse cuenta. Sustituid en torno del profesor, a todos esos elementos clásicos, un círculo poco numeroso de escolares activos, que piensan, que hablan, que discuten, que se mueven, que están vivos ["] Y entonces la cátedra es un taller, y el maestro, un guía en el trabajo; los discípulos, una familia; el vínculo exterior se convierte en ético e interno; la pequeña sociedad y la grande respiran un mismo ambiente; la vida circula por todas partes y la enseñanza gana en fecundidad, en solidez, en atractivo, lo que pierde en pompa y en gallardas libreas" (Giner, VII-34/35).
No obstante el valor que da a estos principios, métodos y técnicas, hay un elemento del proceso educativo que considera de mayor transcendencia: el profesor. Estaba convencido, en parte debido a la influencia de su discípulo preferido, Manuel Bartolomé Cossío (Otero, 1992), de que el elemento básico y que más había que cuidar en la educación era el maestro. Abogó por empezar la reforma por el profesorado exigiéndoles una formación superior a los demás, una buena preparación pedagógica de carácter teórico y práctico a la vez, y, por supuesto, los saberes propios de su especialidad. Comprobada la ausencia de preparación pedagógica de los catedráticos de enseñanza secundaria, e incluso de inquietudes respecto a la pedagogía, intentó que se establecieran centros de formación completa de tal profesorado, como único medio de conseguir un carácter verdaderamente educador para sus enseñanzas.


[1] Ruiz Berrio, Julio (1993): "Francisco Giner de los Ríos". Perspectivas: revista trimestral de educación comparada (París, UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XXIII, nos 3-4, 1993, págs. 808-821).

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¿Quién dijo "nuevo"? Innovar en educación
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Mercedes Laguna

     Hoy nos guía en el conocimiento de Francisco Giner de los Ríos, y en su modo de educar, Antonio Machado, el poeta, el ensayista y el alumno.
     Antonio Machado habla de Giner de los Ríos, y define, de forma directa y con lenguaje delicadamente poético, las claves de la enseñanza.

Antonio Machado escribe sobre F. Giner de los Ríos



http://www.realidadyficcion.eu/Lengua_literatura/ILE/Machado_Giner_Ríos.pdf

      En 1881 Giner de los Ríos se hace cargo de la dirección de la Institución, comenzando un periodo centrado en la investigación de nuevos procedimientos de enseñanza. El resultado es revolucionario. Su "método de aprendizaje intuitivo" precursor de los basados en el aprendizaje significativo) inicia en nuestro país un cambio profundo en los anticuados sistemas pedagógicos, introduciendo la enseñanza de la ciencia desde las clases más elementales.






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La competencia comunicativa en el Bachillerato

Mercedes Laguna González
Editorial Natívola
Granada, 2010
Materiales de 1º de Bachillerato para el trabajo en el aula de Lengua


Introducción (comienzo)
     Éste no es un libro de texto al uso: el lector tiene en las manos un libro de textos, hipertextos y contextos que se conectan entre sí a manera de vínculos establecidos por el usuario, con su red interna de conexiones culturales y científicas -como la tradición que escucha, lee y comprende, desde hace siglos-. El recorrido se ha de hacer a través de la herramienta capital de la capacidad de aprendizaje. Es el objetivo de estos materiales: ayudar a establecer conexiones entre las palabras, los textos, los lugares y los tiempos; invitar al aprendiz a organizarse y a utilizar los recursos de su propias habilidades para aprender. Un libro para leer y crear textos.
     Por eso no es fijo, definitivo ni completo. Se completa con otros libros (de texto y de bibliotecas), con otras herramientas (digitales y de escritorio no virtual) y se actualiza en el ámbito concreto en el que se lleva a la práctica, especialmente cobra utilidad cuando se crean los contextos adecuados que favorecen la adquisición de la madurez humana e intelectual.
     Estamos convencidos de la necesidad de contextualización: es imprescindible adecuar el currículo a nuestro centro concreto, al curso concreto y sus alumnos y alumnas. Pero, a la vez, es necesario crear contextos privilegiados de aprendizaje, "preparar y garantizar las condiciones, situaciones y actividades que abren continuas oportunidades para que los estudiantes puedan aprender lo que se considera valioso".
    Son materiales que sirven como mangos de herramientas: sólo son eficaces si la persona que los maneja los considera temporalmente como una extensión de su propio brazo-método de aprendizaje. De ahí la conveniencia de usarlos como complemento del libro de texto o de los instrumentos que proporciona o indica el profesor. Son una guía para usar las bibliotecas del mundo o un método abierto para considerar el mundo entero como una biblioteca, desde los museos a los laboratorios, desde los libros catalogados y prestados hasta la encantadora búsqueda de textos e información en Internet (Circe y los cantos de las sirenas facilitando la vida hasta el límite de olvidos inexcusables).
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Herramientas 2.0 y Herramientas para aprender a aprender

     Durante el mes de abril, los coordinadores del Proyecto Bilingüe, del Proyecto TIC y del Plan de Lectura y Biblioteca de mi centro estuvimos en El Parque de las Ciencias de Granada para participar en un evento organizado por la Consejería de Educación sobre Nuevas tecnologías y Plurilingüismo: "Nuestra educación innova con Europa". Llevábamos los materiales que habíamos elaborado para el trabajo en el aula: vídeos, páginas web, programas de radio, presentaciones, materiales impresos, etc. Los visitantes, casi todos profesores y profesoras, venían al stand y conversaban con nosotros, sobre todo querían que les habláramos de las experiencias concretas, de las dificultades reales y de cómo resolverlas.
     Uno de estos visitantes se acercó al expositor y me preguntó "qué herramientas" utilizaba. Yo comencé a explicarle todos los recursos de los que me servía para intentar mejorar mi enseñanza y el aprendizaje de mis alumnos; me escuchaba con impaciencia, por fin, sacó un folleto de su bolsillo, me mostró unos cuantos iconos de recursos de la web 2.0 y dijo "yo me refiero a esto, a herramientas de verdad". Quise explicarle que la palabra "herramientas" engloba también las que los estudiantes tienen que saber manejar para lograr ser sujetos activos de su propio aprendizaje, y que, desde luego, el término también incluye todos los recursos que utilizamos como docentes para poner en práctica una metodología adecuada y eficaz. Me salvó de las muestras cada vez más evidentes de escepticismo y falta de escucha, mi compañera Elisa, que vino en mi ayuda mostrando la página web en donde ella, como coordinadora, mostraba el amplio y variado número de herramientas 2.0 que utiliza. Entonces se puso a intentar convencerla de la necesidad de escoger un paquete global en lugar de otro.
    En la próxima entrada os hablaré de las herramientas para aprender a aprender, según yo las entiendo y las utilizo. Ahora recuerdo la pregunta que me hizo la periodista en la entrevista del Granada hoy sobre "¿qué herramientas utilizo?" y mi respuesta. Quizá aquí un sector de los lectores estaría esperando que disertara sobre las H 2.0. Por cierto, antes de despedirme en esta entrada, quiero decir que, en realidad, las herramientas de la web 2.0 no son gratuitas, porque se mantienen con publicidad y el coste en términos de valores y de hábitos para nuestros alumnos debería ser tenido en cuenta.
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Comentarios

Ismael Suárez dijo:
Es muy buena esta anécdota, y representativa de lo que es el mundo actual, lamentablemente. "Herramientas" se refiere a algo "material", aunque sea un programa informático, sin que quepan las "herramientas conceptuales", sean ideas, estrategias o enfoques...

Al final solamente interesa vender algo, un producto, no crear nuevas y mejores maneras de enseñar, que debería ser el objetivo esencial.
"Crear nuevas y mejores maneras de hacer algo", me gusta esa idea "herramienta conceptual".


Mercedes Laguna dijo:
Así nació el lenguaje, cuando, al intentar relacionarnos con el entorno, en donde había otros seres como nosotros, también necesitados de comunicación, comenzamos a crear una nueva forma para relacionarnos.
Sigamos creando, con empeño, nuevas y mejores maneras de hacer lo que tenemos entre manos.
Muchas gracias, Ismael, por tus palabras, tan llenas de ideas procedimentales.